La importancia de que gestiones bien tu ahorro: la tasa de variación

El ahorro se refiere a la cantidad de dinero que tenemos disponible después de cubrir todos nuestros gastos. Para calcularlo, simplemente restamos nuestros ingresos totales a nuestros gastos totales. Es importante elaborar un presupuesto mensual para poder determinar si estamos ahorrando y, en caso contrario, identificar qué gastos podemos reducir o eliminar.

Se recomienda intentar vivir con el 90% de nuestros ingresos como máximo, lo que nos permitirá ahorrar al menos un 10% cada mes. Para lograr esto, es necesario llevar un consumo inteligente y mantener un registro de todos nuestros gastos, incluidos los gastos pequeños y cotidianos.

Una vez que hemos establecido un hábito de ahorro y hemos elaborado varios presupuestos mensuales, podemos establecer objetivos de ahorro y calcular la Tasa de Variación. La Tasa de Variación se utiliza para comparar los ahorros de diferentes períodos y se calcula dividiendo el ahorro de un período por el ahorro del período anterior, restando 1 y multiplicando por 100.

Es importante recordar que, si no invertimos nuestros ahorros, es probable que acabemos gastándolos en cosas que no necesitamos. Por lo tanto, es necesario destinar una parte de nuestros ahorros a la inversión para maximizar su valor a largo plazo.

Transformar el ahorro en inversión

¿Pero qué significa exactamente la inversión? Es la manera en la que podemos hacer que nuestro dinero genere más dinero, es decir, hacer que el capital o el dinero que ya tenemos trabaje para nosotros. Comprar una casa para alquilarla o invertir en nuestra educación para obtener un mejor salario podrían considerarse inversiones. Sin embargo, también existen productos específicos de inversión que, en términos generales, se pueden dividir en dos categorías principales: renta fija y renta variable.

Renta fija: cuando invertimos en productos de renta fija, conocemos la rentabilidad que obtendremos desde el momento en que realizamos la inversión, como es el caso de las letras del tesoro o los bonos. Estos productos también tienen riesgos, aunque son menores que en la renta variable.

Renta variable: en los productos de renta variable, no sabemos de antemano cuál será la rentabilidad que obtendremos, lo que significa que puede ser positiva o negativa, como puede suceder en la inversión en bolsa.

Es cierto que la renta variable suele ofrecer una rentabilidad más alta que la renta fija, pero debemos tener cuidado ya que la renta variable también conlleva un mayor riesgo.

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