El emprendimiento está de moda. La idea de contar con un negocio propio, sin jefes ni horarios rígidos, seduce cada vez a más cantidad de personas. No obstante, poner en marcha un proyecto de este tipo no siempre resulta fácil.
Una de las mayores preocupaciones de cualquier emprendedor que está comenzando es de dónde sacar el dinero para invertir. Recurrir a un préstamo es una buena posibilidad, pero siempre y cuando se sepa manejar.
Lo principal que has de saber del crédito: lo tendrás que devolver
Resulta de vital importancia saber distinguir entre crédito y capital. El crédito se tiene que pagar, y tiene un costo o tipo de interés. Hacerse con un crédito requiere contar con algún tipo de garantía, tal como una hipoteca, prenda o aval. Mediante el crédito se busca hacer frente a una necesidad, y por ello se concede en un momento concreto.
Pues bien, a la hora de iniciarse en el emprendimiento, el crédito es una opción ideal para empezar. Aun cuando se trate de un negocio de jumpshipping, habrá que hacer una mínima inversión, por ejemplo en marketing digital.
Con el capital no tendrás que devolver nada, pero cederás parte de la empresa
Por su parte, el capital se distingue del crédito en que este no se tiene que devolver, si bien es cierto que tiene un costo, ya que hay que ceder una parte de la empresa. El crédito también cubre una necesidad, e igualmente se otorga en un momento particular.
Los expertos apuntan a que hay que tener en cuenta que, mediante el capital, no se busca simplemente dinero sino un socio para iniciar un proyecto de emprendimiento, por ejemplo crear un blog.
¿Qué desventajas representan el crédito y el capital?
A la hora de pedir un crédito, el mayor problema es su devolución. Si no se responde al crédito, se pierde la garantía. Esto supone que, a menos que se cuente con una buena planificación a nivel financiero, se puede acabar sirviendo a la institución a la que se debe el préstamo.
Por otro lado, el capital presenta la desventaja de que, a fin de cuentas, se está cediendo un porcentaje de la empresa, y esto supone perder igualmente cierto poder de decidir. Pero entre las características de un emprendedor se encuentra la mentalidad ahorradora, y se presume que este ha de saber manejar los inconvenientes relacionados.
¿De dónde puedes sacar el capital?
El mundo de las entidades financieras y el del capital privado comienzan a asociarse para convencer a los inversores de que el capital y el crédito no están reñidos entre sí, y que resultan perfectamente compatibles. Igualmente, los especialistas apuntan a que la deuda sana contribuye positivamente para tomar muy buenas oportunidades de negocio.
Estos mismos expertos recomiendan asistir a bancos, instituciones del Gobierno o a sociedades financieras de objeto múltiple. Para conseguir el capital, los emprendedores deberían recurrir a fondos de garantía, subsidios y fondos de Gobierno. Igualmente harían bien en contar con los amigos y familiares, fondos de capital emprendedor, fondos de capital privado y fondos de capital semilla.