La Reserva Federal ha subido los tipos de interés durante todo un año y la economía estadounidense comienza a sentir las consecuencias. A pesar de ello, los precios aún no reflejan completamente esta debilidad incipiente.
Aunque los últimos datos mensuales del Índice de Precios al Consumo (IPC) muestran una tendencia a la baja, la inflación sigue siendo preocupante.
Evolución de la economía americana
La Oficina de Análisis Económico del Departamento de Comercio ha publicado recientemente una estimación preliminar que indica que el Producto Interior Bruto (PIB) real de Estados Unidos ha avanzado un 1,1% anualizado durante el primer trimestre de 2023.
Esta cifra es casi la mitad de lo esperado por los analistas, que preveían un 2%, y es significativamente menor que el 2,6% anualizado del trimestre anterior. La desaceleración del crecimiento fue más pronunciada de lo previsto, en gran parte debido a la inversión empresarial tibia ya la disminución de los inventarios, lo que moderó el aumento del gasto de los consumidores.
A pesar de esto, el gasto en bienes y servicios aumentó, incluyendo un repunte en las compras de vehículos. El consumo aumentó un 3,7% anualizado, en comparación con el 1% registrado en el último trimestre de 2022. Sin embargo, esta cifra resultó ser menor de lo esperado por algunos analistas, que preveían un aumento del 4,5% debido a los datos sólidos de ventas minoristas y empleo registrados a principios de año.
El mayor impulso del avance se debe al aumento del gasto de los consumidores, aunque los datos mensuales indican que este crecimiento se produjo a principios del primer trimestre.
El descenso anualizado del 0,4% en la inversión privada fija fue ligeramente menor de lo previsto, debido a la caída del 7,3% en la inversión en bienes de equipo (la mayor caída desde el inicio de la pandemia) y del 4 ,2% en la inversión residencial, lo que contrarrestó los avances registrados en otros sectores.
A pesar de todo, este último dato representa una gran mejoría en comparación con la caída del 25,1% registrada en el cuarto trimestre y sugiere que el declive del sector inmobiliario puede estar llegando a su fin.
La caída de los inventarios ha sido un factor importante en la disminución del 2,3% anualizado y se prevé que sigan debilitándose en una medida que disminuya la demanda. En el trimestre anterior, el aumento de las existencias por parte de las empresas infló las cifras del PIB, pero se esperaba que esto cambiara en las próximas entregas de cifras, lo que confirmaría el empeoramiento de la situación.
El gasto público tuvo una contribución positiva al crecimiento del PIB, mientras que el comercio exterior neto fue prácticamente neutro debido al aumento del 4,8% anualizado en las exportaciones y del 2,9% en las importaciones.
Se espera que la demanda interna se debilite en adelante debido a los efectos retardados del endurecimiento de la política de la Reserva Federal y las normas más restrictivas para la concesión de préstamos.
Aunque el dato global del PIB sugiere un menor crecimiento y frena las expectativas de una Reserva Federal que sigue aguantando su política, el desglose de los datos muestra que el deflactor repunta ligeramente hasta el 4%, frente al 3,7% estimado y el 3 ,9% del trimestre anterior. Este aumento no va en la dirección que desea el banco central.