Cuando se contempla la posibilidad de invertir en bienes raíces no debe descartarse la opción de hacerlo en el extranjero. Consideremos la compra de una propiedad en Estados Unidos, por la cercanía geográfica y porque ese país permite a extranjeros comprar sin restricción alguna.
El costo de una casa con tres o cuatro recamaras y dos baños, en Estados Unidos pueden ir de 700 a 10,000 dólares por metro cuadrado, según el lugar. En comunidades pequeñas del sur como Texas, Nuevo México y Arizona, por ejemplo pueden adquirirse casas en buen estado por menos de 100,00 dólares. ¿Cuál sería el panorama para la inversión de una de esas casas?
La renta sería de unos 800 o 9000 dólares mensuales. Si no vivimos en una ciudad fronteriza, será necesario contratar a un administrador, que por lo general, cobra 10% o 15% y se calcula 10% para el pago de seguros y mantenimiento del inmueble. Después de gasto y depreciación del inmueble, el impuesto sobre la renta que debe pagarse al gobierno federal es mínimo.
La inversión inicial de 100,000 dólares generaría alrededor de 500 dólares o 600 dólares mensuales. Dos ventajas adicionales: está en dólares – el peso ha tendido a depreciarse en términos del dólar- y las propiedades en esos estados se han apreciado a una tasa entre 3 y 5% anual en los últimos 30 años (ignorando la burbuja inmobiliaria de 2000 a 2007).
La diversificación es siempre deseable. Ser dueños de una sola propiedad puede producir un flujo de ingreso errático, ya que la casa no estará ocupada todo el tiempo. Es recomendable adquirir dos muebles pequeños en lugar de uno grande. En general es preferible comprar casas, ya que los departamentos suelen tener gastos adicionales de mantenimiento y es más oneroso asegurarlos.
Fuente. Dinero Inteligente